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Propongo acciones interinstitucionales y de vecinos para blindar parques.

Se trata de un programa para prevenir la circulación de drogas y sustancias en el entorno de desenvolvimiento de niñas, niños y adolescentes

Por Omar Bazán

Ante el Pleno del Poder Legislativo propuse que las fuerzas policiacas de la entidad, se incorporen más activamente en la vigilancia de los espacios públicos, para prevenir la circulación de drogas o sustancias dañinas para la infancia.

Cada vez es más notorio el acceso a las drogas y la medida de protección de nuestras niñas y niños que hacen uso de parques o plazas, es fundamental para alejarlos de peligros de las adicciones.

Se trata de una iniciativa que fortalezca la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, que implemente un programa de recuperación de parques en beneficio de las infancias, precisamente operado por Seguridad Pública.

En la exposición de motivos incluyo la importancia de tener estos tipos de cuidados porque la infancia es una etapa crucial en el desarrollo de cualquier persona, por tanto el entorno en el que se desenvuelven los menores juega un entorno determinante.

En este sentido los parques y espacios públicos se convierten en lugares de recreación, aprendizaje y socialización, no obstante a menudo se ven amenazados por la inseguridad y la presencia de actividades delictivas, como la distribución y venta de estupefacientes. Por lo tanto, es esencial establecer un programa de recuperación de parques que no solo promueva el desarrollo integral de las infancias, sino que también garantice su seguridad y protección contra sustancias dañinas.

La propuesta busca acciones de recuperación de estos espacios, en las que participen autoridades y sociedad; un esfuerzo multifacético y coordinado que incluya tanto la mejora de la infraestructura de estos espacios como la implementación de medidas de seguridad efectivas.

La primera etapa del programa debería centrarse en la evaluación y diagnóstico de las condiciones actuales de los parques, identificando aquellos que presentan mayores problemas de inseguridad y deterioro. Este diagnóstico debe realizarse en colaboración con la comunidad, recogiendo las opiniones y necesidades de los usuarios de los parques, especialmente de las familias y los niños.

Una vez identificadas las áreas prioritarias, el programa debe enfocarse en la rehabilitación física de los parques. Esto incluye la reparación y mantenimiento de juegos infantiles, la instalación de mobiliario urbano adecuado, la creación de zonas verdes y la mejora de la iluminación.

Además, es fundamental incorporar elementos que promuevan la inclusión y la accesibilidad para niñas y niños con discapacidad, asegurando que todos puedan disfrutar de estos espacios sin restricciones. La infraestructura debe ser diseñada de manera que fomente actividades recreativas, deportivas y culturales que enriquezcan el tiempo libre de los menores y fortalezcan los lazos comunitarios.

La prevención de la distribución y venta de estupefacientes y otras sustancias dañinas requiere una estrategia integral que vaya más allá de la simple vigilancia.

Es importante desarrollar campañas de sensibilización y educación dirigidas tanto a los niños como a sus familias, informándoles sobre los riesgos asociados con el consumo de drogas y las formas de protegerse contra este flagelo.

La colaboración interinstitucional es otro pilar fundamental del programa. La creación de una red de apoyo que incluya a escuelas, centros de salud y asociaciones vecinales puede potenciar los recursos y las capacidades disponibles, garantizando una respuesta más eficaz y sostenida en el tiempo.

Asimismo, la participación activa de la comunidad es crucial para el éxito del programa. Las familias y los vecinos deben ser considerados no solo como beneficiarios, sino como actores clave en el proceso de recuperación de los parques.

Este esfuerzo requiere una visión integral y colaborativa que combine la mejora de la infraestructura, la implementación de medidas de seguridad, la educación y sensibilización sobre los riesgos de las sustancias dañinas, y la participación activa de la comunidad. Solo a través de un enfoque holístico y coordinado se podrán crear espacios públicos que verdaderamente promuevan el bienestar y la felicidad de nuestras infancias.